Actúa normal, actúa normal.
Se repitió a ella misma en el momento que lo vio acercarse.
No lo mires, no lo mires.
Pero no podía despegar sus ojos de los de él, eran como un imán. Pestañeó varias veces y tomó el libro y lo abrió en la última página que había leido. Miraba las palabras pero no las podía leer, como si de nuevo estuviera trabada.
-Hey, hola- escuchó decir.
Era esa voz, tal como la recordaba, rasposa pero suave. Una extraña combinación, pensó.
-Hola- dijo, no muy segura de si su voz salía en un tono audible.
-¿Puedo sentarme con vos? ¿O está ocupado?
-Em, no, o sea, si- sus manos comenzaron a sudar y el la miró con una sonrisa- Si te podés sentar, no está ocupado.
Volvió a su libro y maldijo. ¿Por qué se ponía tan nerviosa cuando un chico lindo le hablaba? Seguro estaba más roja que un tomate. Quería pellizcarse de nuevo, pero tenía miedo de que lo notara. Solamente quería que la tierra la trague. O estar sola, para hacer lo que hacía siempre cuando estaba insegura o disconforme consigo misma.
Pudo sentir como se sentaba en el asiento de su lado y respiró profundo. Percibió un perfume dulce y cerré los ojos un segundo. Amaba cuando los chicos usaban esos perfumes tan ricos, les daba un toque de perfección.
-Soy Harry.
-Bandit- le sonrió.
¿La habrá reconocido? ¿Se habrá dado cuenta de que era ella la que se había cruzado una semana atrás en la lluvia?
Harry sacó su celular del bolsillo y se puso a teclear rápidamente. Le causaba mucha intriga saber lo que estaba escribiendo y a quién, pero él simplemente se quedó sumergido en su teléfono móvil y ella volvió a su lectura fingida para no quedar como si fuera una chusma.
El pequeño silencio que quedó entre ellos dos, le hizo dar cuenta de que él nunca la tendría en cuenta, que chicos como él, solamente buscan chicas lindas y perfectas, con buena figura, ropa cara y lindo rostro. Cosas que ella nunca iba a tener.
Dios, necesitaba algo filoso o simplemente escaparse a tomar aire, pensar en cosas positivas.
-Y, ¿Qué lees?
La pregunta la tomó por sorpresa y trató de enganchar palabras en su mente para poder fabricar un argumento sobre el libro... pero no le salía nada. Rió nerviosa y comenzó a explicarle.
Zayn miró desde el fondo del aula como ese chico le hablaba a Bandit. ¿Por qué la estaba molestando mientras leía? Quería pararse, ir hasta ahí y decirle que se aleje de ella, que era de su propiedad y que no tenía derecho a hacerse el amigo y jugar con sus sentimientos, que seguro la iba a lastimar... como había hecho él.
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